La formación de investigadores especializados en geofísica aplicada es pertienente y se justifica por la necesidad de desarrollar tecnologías de vanguardia para la interpretación de datos geofísicos, que permitan caracterizar las propiedades físicas y la estructura geológica del subsuelo, para discernir la ubicación de recursos energéticos como geotérmia e hidrocarburos, yacimientos minerales y aguas subterráneas, entre otros.